miércoles, 11 de diciembre de 2013

Conurbanos. Aquí y ahora

Conurbanos de ausencia. De romanticismos suburbanos perimidos. El tiempo y las sucesivas expulsiones te cambiaron el paisaje. 

Calles pobladas de piberíos persiguiendo pelotas, devenidos lodazales donde despojos de realidad se apiñan, desangelados hasta para el poeta. Que ya ni él te nombra. 

Conurbanos de presencia. Omnipresencia de lo que falta, de lo que aún no pudimos o no supimos. De lo que se escapa de las palabras bien dichas. Amorosamente dichas.

Pintorescas esquinas adoquinadas que se hundieron en paisajes fangosos, y que invaden periódicamente un destino que se les niega.

Sures y oestes que de puntos cardinales de lo bellamente descripto por artistas sensibles, transmutaron en guaridas de aquello que se teme.

Repertorio de lo indomable, reservorio de lo monstruoso para las almas bienpensantes y, sobre todo, bienvivientes, que ya no pintan suburbios color pastel.

Herencias de cándidas melenas de novias que, del recuerdo, emergieron como soeces prendas íntimas, expuestas en otros ritmos no asumidos aun como propios. 

Rumores de estación que se desperfumaron en gritos y empujones, en vahos de vagones atestados de frustraciones que cada tanto explotan. 

Repensar profundamente esto. Comprender y amar. Aquí y ahora. Única posibilidad de futuro. Ahí es donde se juegan nuestros mañanas vivibles. 

Desde la canción y las efectividades conducentes. Desde la solidaridad parroquial o el revolucionarismo aggiornado. Desde la simple crónica o la militancia.  

Desde donde sea. No hay futuro pensable ni deseable sin que haya espacio para el lugar de dignidad y de protagonismo que demanda ese suburbio inabordable 

Despojados de preconceptos atávicos. De nuestras propias anteojeras. Prudentemente lejos de los libros leídos y de los cuentos oídos entre llantos.

Abrir los caminos para que aquello que se vislumbra imposiblemente heterogéneo, que se imagina amorfo, asuma la condición de Sujeto. Con mayúsculas.

Sujeto sin otra vanguardia más que la que nazca de sí mismo, de sus propias contradicciones, complejidades, bellezas y miserias. 

Sujeto que no siga caminos pretrazados por los eternos escribas de emancipaciones soñadas en otras geografías y contextos. 

Aquí y ahora. Comprender y amar. No hay ningún pequeño nosotros sostenible sin ese nosotros gigante, que nos abrace a a todos. 


Conurbanos. Urgente

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